Sköll el Protector
“¡No dañas madre!”
“¡Sí, no dañas!”
De camino a la Gran Forja, Undraal fue atacada por un grupo de trolls, criaturas oscuras nacidas de la magia perversa de Anastyr. Gracias a su destreza y al coraje de sus guardaespaldas, los trolls fueron derrotados. Uno de ellos llevaba a dos recién nacidos a su espalda: sólo las palabras de Undraal pudieron calmar su ensordecedor llanto. Han pasado diez años, y ahora son grandes como un toro y más fuertes de lo que nunca será un humano. Consideran a Undraal como su madre, sienten un profundo amor por ella, y darían su vida sin dudarlo por proteger a su amada Undraal. Llamó a uno de los trolls Sköll, pero como son idénticos, nadie de la tribu puede distinguirlos. Ahora los dos responden cuando se les llama por ese nombre.